maria en su estudio

maria en su estudio

OBRAS AÑO 2007



Si un estudioso de los replie­gues del alma tomara la obra pictórica de María Esperanza Londoño, cuadro por cuadro en el tiempo, descubriría un proceso de reencuentro expresado en colo­res.
Hay allí una obra-símbolo. Significa ella la ruptura de unos linderos vita­les demasiado estrechos, en busca de un espacio amplio, con posibili­dades de movimiento, con la libertad de definir con lenguaje propio la concepción de la vida.
Pero no se trata de un grito de rebel­día. María Esperanza no es rebelde. Es revolucionaria de una revolución interna sin violencia. Tampoco pre­tende cambiar lo establecido. Sólo busca ratificar y valorar lo existente, su pintura es la confirmación de sí misma, es un punto de partida hacia muchas metas, poco a poco alcan­zadas. Cada cuadro de María Esperanza es un descubrimiento interior. El cual conlleva, inexorablemente, a un redescubrimiento de lo externo, un entorno más amable de lo que muchos quieren aceptar.
Unos pintores buscan fama, otros dinero, aquellos aceptación. Ma­ría Esperanza buscó la paz y la en­contró. Por eso pinta para sí misma. Pero, sin egoísmo, comparte lo que siente.
Alvaro Gartner-



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